sábado, 23 de agosto de 2014

Los mundos de Jules

Jules Verne, o Julio Verne, el escritor de los dibujos animados, comprendido, pero incomprensible. Casi todos lo conocimos de pequeños con un nombre amable vinculado a un cuento sobre un largo viaje. Sin embargo, no fue asi, Jules, un hombre de leyes por academicismo que andaba, lunático, pensando en estrellas. Mientras el siglo que lo vió nacer en una Francia fría y soberbia entregada a sus relaciones políticas con el nuevo orden mundial que se avecinaba, él viajaba por las noches a otro universo, el universo de los misterios de la materia y su creación. Un misterio que nos dejó con sus novelas interminables, que yo aún no comprendo, pero que nos invitan fácilmente a soñar despiertos. Él lo hacía, con el fin de crear un mundo mágico basado en la ciencia que probablemente exista, visionando la literatura ficticia de siglos posteriores. El francés impasible, dedicado a leer sobre las investigaciones científicas de entonces, en París, un París de ensueño, el que anhelamos los amantes de París.

Verne fue un hombre incomprensible personal y profesionalmente hablando, aun fantástico, como fantásticas las líneas que salían de su escritura. No fue el hombre amable que creíamos, que inventaba historias infantiles de aventuras. Era huraño, brusco, pero excepcionalmente inteligente. Infeliz e intratable según su familia, a la que llegó a abandonar por sus continuos viajes. A pesar de todo, Julio Verne enseñó a Occidente a explorar lo que Oriente hacía siglos atrás, a mirar hacia arriba, la luna, las galaxias, el infinito.

Image
En un día como hoy de hace unos años, y unas horas, yo visitaba su tumba en
el cementerio 'La Madeleine' en Amiens, el lugar donde pasó la segunda mitad de su vida, una pequeña e insignificante ciudad al norte de Francia. Como todos los que alguna vez hemos sentido curiosidad por él, había visto esa imagen antes muchas veces. Él mismo encargó a un escultor que erigiera esa figura . El torso de un hombre vigoroso se eleva apartando la piedra que lo soterró bajo tierra, y levanta la mano hacia arriba resucitado. Era una tarde triste, lúgubre y nubosa, como son las tardes al norte de Francia, no había nadie, nadie se había acercado a visitarlo esa tarde. Cuando lo ví sentí miedo, y no me ayudó a entender mejor lo que nos quiso decir, ni decepcionaba ni aportaba, tal y como se ve en una imagen virtual. Solo sirvió para vivir esa tarde intensa en Amiens, con un poco de miedo, en esa lúgubre ciudad al norte de Francia, y a lo mejor, para confirmar que Julio Verne nunca fue aquel escritor simpático y naif de 'La vuelta al mundo en 80 días', y que siempre intentó mirar arriba al levantarse.

martes, 12 de agosto de 2014

Capitán

De sus ojos chispeantes, Robin, volveremos a llenarnos, en sus ojos chispeantes, porque en las inmensas interpretaciones quedó la luz que irradia. Su sonrisa mediana y bondadosa no pudo imponerse a la enfermedad, la melancolía, la depresión que no nunca atravesó sus ojos chispeantes. Nos subiremos encima del pupitre una vez más, rebeldes, para decirle, con ímpetu, más que nunca, capitán.

domingo, 15 de junio de 2014

Lettre à Carla


Elle: Est-ce que tu me veux, encore?

Lui: Non, du tout, est-ce que quelqu'un t'a dit?

Elle: Oui...portant quelqu'un m'a dit que tu me voulais, encore.

Lui: Main non, je t'en veux, en revanche. Tu m'a tout enlevé, Je ne peux plus te vouloir.
.
Elle: Ce n'est pas possible que tu m'en veules, de ton tour, si tu me voulais tellement, jadis. Le temps qui glisse est un salaud.

Lui: Tel que... quelque'un t'a dit?

Elle: Certes

Elle: Serais ce possible, alors?. On t'a dit, on m'a dit, comme cette chanteuse dit.

Lui: Et comme quelqu'un t'a dit que je te voulais, encore.

Elle: C'est vraie, et comme fanent les roses, en un instant, je ne me souviens plus, c'est tard en la nuit, je ne te veux plus, je t'en veux, dorénvant.

jueves, 5 de junio de 2014

Ortografía de moda: 'Haber' en lugar de 'A ver'

Parece ser uno de los fallos ortográficos más comunes. A pesar de que el español es uno de los idiomas con menos reglas ortográficas de entre las lenguas más habladas y estudiadas en el mundo, a los hispanohablantes les cuesta distinguir el uso correcto del verbo Haber y la interjección A ver.

Haber puede ser un verbo impersonal (sinónimo de existir), verbo seguido de infinitivo (ej.: Haber llegado antes) o un sustantivo (ej.: Tiene muchos años de experiencia en su haber). Por el contrario, A ver está formado por la preposición a mas el verbo ver, utilizado en su forma imperativa, como "Veamos" (ej.: A ver tu nueva camiseta?"), o bien para indicar una propuesta (A ver si me avisan pronto). Esta confusión se debe a que ambas palabras se pronuncian igual, según la RAE, desde donde se informa que uno de cada tres hispanohablantes que ha tenido acceso a la educación, cometería este error ortográfico.

Los expertos filólogos de la lengua española advierten de la importancia de distinguir ambas secuencias lingüísticas ya que es una falta de ortografía grave que se está extendiendo vertiginosamente en el mundo hispanohablante por el uso de las Nuevas Tecnologías de la Información. Además se trata de una regla gramatical que en el sistema educativo de nuestro país se incluye como materia de Lengua Española en 6º de Primaria.

El tuit polémico del diputado Pedro Saura en el que escribió incorrectamente 'Haber', y que fue borrado horas más tarde.

De hecho,, el diputado del grupo socialista por Murcia y portavoz de la Comisión de Hacienda, Pedro Saura, dejó en evidencia públicamente su manejo de la lengua castellana a través de su cuenta de Twitter  mientras defendía una mejor calidad de la educación en España : "Haber si después de 18 años se enteran en el Gobierno de Murcia: no es ni el cemento ni las grandes obras, es la educación!!", decía el tuit, que se convirtió en objeto de burlas rápidamente. El representante político intentó además disculparse del error atribuyéndolo a su poca destreza con el manejo del teclado del móvil, al afirmar días después en esa misma cuenta que "el teclado del teléfono y las prisas, no estoy demasiado puesto en estas técnicas,  me han jugado una mala pasada: pido disculpas!!", excusa que no pareció convencer a los usuarios que se advirtieron de la falta de ortografía y que fue retuiteada hasta en 110 ocasiones.


lunes, 19 de mayo de 2014

Sobre la danza bonita

Esa danza bonita de mil nombres, danza del vientre, árabe, oriental, o simplemente, bellydance para los que sólo conocen un idioma, anda lejos de ser dignificada. Frente a otras manifestaciones artísticas, donde se lucha por la rigurosidad en el estudio y la representación del arte, de manos de profesionales legítimamente acreditados para su divulgación, en la danza bonita, se está gestando un proceso inversamente proporcional, a más afición, menos calidad.

Y que todo quede en afición, porque el panorama da claras señas de una situación aún mas grave: cada vez proliferan más grupos de aficionadas, o supuestas bailarinas que, por el simple hecho de haber recibido un par de clases, se elevan al rango de 'bailarinas de danza oriental', con mayúsculas, y tras haber participado en un par de talleres de las superestrellas intencionales del Bellydance, dicen ser sus discípulas y por ende, tener licencia ilimitada en la enseñanza y lo que es peor la representación pública del baile árabe. Con ello no hacen más que vulgarizar y desvalorizar todo un arte milimétrico y que requiere mucho tiempo de entrenamiento y dominio de la técnica, con un simple meneo descoordinado de caderas o brazos. 

Esta tendencia está perjudicando a las profesionales de esta danza, que desde temprana edad llevan practicando y estudiando la correcta interpretación de un baile, tan antiguo como imposible por su complejidad: no hay ni un sólo músculo, ni un pequeño rincón del cuerpo que no tenga que ir bailando al compás de las notas de una Darbuka, un Nai, o unos crótalos. Han empleado un esfuerzo sobrehumano para poder representar la magnitud de la danza árabe con dignidad y pasión, una pasión que no incluye sólo la formación práctica, sino tanto o  más importante, el estudio teórico, de sus orígenes y sus reglas. Y todo esto es necesario para la dedicación profesional, es decir, siempre será válida la práctica personal de un arte si queda en los límites de la afición, pero no si invade el campo de los profesionales.

El gusto por un tipo de arte implica algo más que enfundarse un traje de brillantes, falso pero resultón, y a cuanto mas chillón, mejor bailo. EL gusto verdadero nace desde dentro, y abarca amplio, mucho más que "eso de saber hacer un Shimmy de cadera". Implica la afición  por todo el mundo donde tuvo su cuna, la cultura, el idioma, su gente, etc. Y gran parte de estas nuevos autodenominados grupos de Bellydancers ni tan siquiera sabrían contar un poco de su historia. 

Bailarinas del llamado 'Casino Badía', que dirigía Badia Basadni
en las décadas 20, 30 y 40 en El Cairo (Egipto).

La famosa bellydancer Tahia Carioca (años 20), alumna de Madame Basadni,
 salió de la escuela del Casino Badia.

Ya sea al ritmo Saidi, Baladi, Shaabi, Sherk, Maksum, y un largo etcétera, con velo, bastón, o sable, o simplemente un Oriental clásico, existe una opción para esta nueva generación, y bastante más lógica: dedicarse a ser espectadoras, apoyar el Bellydance desde la barrera. Si realmente amaran y respetaran la danza oriental, no irían mas allá de la butaca. Desde luego, Samya Gamal, Tahia Carioca, Badia Basadni, las grandes abuelas de la danza árabe, y primeras grandes estrellas, las cuales fueron imitadas por representantes de primera categoría de décadas posteriores, como Raqia Hassan, Mahmoud Reda o Fifi Abdou, y que aún sirven de referente para las mejores bailarinas contemporáneas, es decir, Saida Helou, Jillina, Bozenka Arencibia, Munique Neith, y en España, otras muchas más. Que vivan en su torre de marfil, ajenas a este fenómeno, que bailen, en blanco y negro, si es necesario, y que sigan siendo las únicas masters, Bailarinas con mayúsculas que podamos admirar detrás de unas cortinas, con sus mágicos movimientos, bailando al compás de un Nai.

martes, 29 de abril de 2014

Las manos de David

A David ya no le importaban las tardes de viento, ya no le importaban las tardes eternas de primavera, ya no le importaban los días de antaño. Hoy vuelve a importarle todo, las tardes de viento, de primavera, de antaño, porque Goliat venció con su miserable fuerza bruta, y le arranca de las manos su pequeña arma de astilla. Con las manos vacías de David, hoy vuelve a importar todo.